La Oficina de la Mujer de la Corte Suprema publicó un informe con las causas reportadas entre 2017 y 2022 en todo el país. Se utilizaron armas de fuego en casi 1 de cada 4 femicidios. En total fueron 404 víctimas.
26 de abril de 2024
La Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación publicó un informe sobre “Femicidios cometidos con armas de fuego en Argentina”, que recoge información de los casos reportados entre 2017 y 2022 en todo el país. Se trata de 404 víctimas de femicidios directos y vinculados producidos con armas de fuego, sobre un total de 1.628 víctimas, lo que representa casi el 25% de los femicidios de dicho período.
De acuerdo con el estudio de la OM, las chances relativas de que un femicidio se convierta en múltiple (y no simple) cuando el femicida utiliza un arma de fuego se duplican en comparación con otro medio comisivo.
El informe da cuenta de que hubo al menos una víctima de femicidio directo cometido con arma de fuego en cada una de las jurisdicciones del país. Dicho esto, si se suman los porcentajes correspondientes a los casos de la provincia de Buenos Aires (39%) y los de la provincia de Santa Fe (15%), más de la mitad (54%) de todas las víctimas de femicidios cometidos con armas de fuego fallecieron en estos dos distritos. Le siguen en términos porcentuales Córdoba, con el 9% de los casos; Tucumán, con el 5%; Chaco, con el 4%; Mendoza, Santiago del Estero y Misiones, con más de 10 casos cada una (representando 3% cada una).
De las víctimas, al menos 18 estaban embarazadas al momento del hecho. Además, 12 eran migrantes internacionales y 6 eran migrantes interprovinciales. 10 de estas mujeres se encontraban en situación de prostitución.
Al momento del hecho, al menos 265 víctimas directas de femicidio cometido con armas de fuego tenían a su cargo un total de 322 niñas, niños o adolescentes (de 0 a 17 años)
Las víctimas conocían a los victimarios en casi 9 de cada 10 casos. El 44% (169) eran parejas y 25% (95) exparejas, mientras que el 1% (4) mantenía otro tipo de relación sexo-afectiva; luego, el 4% (15) eran familiares directos y otro 4% (15) eran otro tipo de familiares, mientras que casi el 10% restante (37) eran conocidos que tenían otro tipo de vínculo. Además, muestra el informe, en 4 de cada 10 casos víctima y victimario eran convivientes.
En al menos casi 1 de cada 3 vínculos donde hubo un femicidio directo cometido con arma de fuego entre 2017 y 2022 en la Argentina, había antecedentes de violencia de género.
Sobre los victimarios que utilizaron armas de fuego, al menos el 19% (68) pertenecía a alguna fuerza de seguridad. Del total de femicidios cometidos por integrantes de estas fuerzas, en el 64% de los casos se utilizaron armas de fuego, proporción que cae al 20% entre aquellos sujetos activos ajenos a las agencias de seguridad. En otras palabras: un femicida perteneciente a las fuerzas de seguridad tuvo casi 9 veces más chances de utilizar un arma de fuego para cometer el femicidio directo que un sujeto activo que no pertenecía a dichas fuerzas.
Teniendo en cuenta el tamaño de su población, el grupo etario de varones que más cometió femicidios directos con armas de fuego fue el de 25 a 34 años, aunque similar a otros grupos. Proporcionalmente, el grupo de adultos mayores uso más armas de fuego que el resto como medio comisivo en los femicidios. El 85% (310) de los victimarios eran de nacionalidad argentina, mientras que el 4% (14) eran extranjeros. No se obtuvieron datos de nacionalidad para el 11% restante.
El estudio de la OM da cuenta de que el 43% (156 de 365) de los sujetos activos que utilizaron armas de fuego para cometer el femicidio se suicidaron luego del hecho. Ese porcentaje es del 10% (118 de 1.185) entre quienes utilizaron otro medio comisivo.
En cuanto a las imputaciones judiciales, solo el 13% (51) contemplan tanto el contexto de violencia de género como el uso de las armas de fuego.
El informe de la OM da cuenta de que el 74% de los femicidios directos cometidos con armas de fuego ocurrió dentro de una vivienda: 15% en la que convivían víctima y victimario, 47% en la de la víctima, 3% en la del victimario y 9% en una vivienda que no pertenecía ni al sujeto activo ni a la víctima. El 18% tuvo lugar en el espacio público.
De las armas empleadas en todos estos casos, al menos el 20% era de posesión legal. Un porcentaje similar no estaba autorizada y, sobre el resto, no se obtuvo información sobre su condición legal. Entre 2019 y 2022, al menos el 53% de las armas utilizadas fueron cortas y un 17% largas.
Los calibres principales fueron el de 9 milímetros, con 57 casos (24%); luego el calibre .22, con 32 casos (14%); el .38, con 24 casos (10%), y el .32 con 20 casos (9%). Le siguen el calibre 16 UAB, con 15 casos (6%), y el 12 UAB y el 28 UAB, con 4 casos cada uno (2%). El 36% (85) eran armas de uso civil, el 39% (90) armas de guerra de uso civil condicional.
De las 347 causas, 276 (casi el 80%) ocurrieron en un contexto de violencia doméstica, según la definición de la ley 26.485; al menos en un 5% (16 de 347) se dieron en un contexto de violencia sexual, y casi un 6% (19) en contexto de redes de trata de personas, tráfico de estupefacientes o de otras redes delictivas, pudiendo ocurrir en más de un contexto simultáneamente.
El informe señala además que, entre 2020 y 2022, el 89% (143) de los femicidios directos cometidos con armas de fuego fue en una zona urbana.
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